Cuánto me alegro, Mourinho

Jose Mourinho
No debería alegrarme de las desgracias ajenas, es verdad, pero lo de José Mourinho tampoco es que sea una desgracia con mayúsculas. Desgracia es no poder alimentar a tus hijos porque no tienes trabajo, así que no nos pondremos tan dramáticos. Al fin y al cabo solo es fútbol, un deporte que ha evolucionado a la categoría de negocio para fortuna de quienes lo practican de forma profesional.

Buen entrenador, peor persona

La prepotencia es muy peligrosa. Con ella, y con una actitud arrogante frente a rivales y periodistas, consigues crear un club de enemigos que no se parece en nada al de fans. La gente desea que las cosas te vayan mal (en lo deportivo), y cuando eso sucede toda la maquinaria que habías excitado se vuelve contra ti. La prensa te saca de quicio lanzando dardos envenenados y tus oponentes, más elegantes que tú, lo celebran por lo bajini.

Lo que Pellegrini y el Málaga tuvieron que aguantar

Al decir «bajini» me ha venido a la mente el apellido de Pellegrini. En marzo de 2011 Mourinho se mofó del técnico chileno comentando que jamás entrenaría a un equipo como el Málaga, algo que no sentó nada bien a la afición malacitana. Hoy las cosas son bien distintas, ya que uno lidera la clasificación de la Premier League (por lo menos antes de que arrancara esta jornada) y el otro vive muy lejos de los puestos de privilegio, condenado a ser caldo de críticas.

El peor Mou está al caer

Ahora hay que prepararse para ver la peor cara del portugués (sí, todavía peor). No tiene argumentos para fardar, aunque lo seguirá haciendo recordándonos todos los títulos que ha ganado desde que debutó como entrenador. Estará a la defensiva a sabiendas de que le van a buscar las cosquillas más que nunca. Ayer, por si acaso, se negó a hablar del partido que perdieron por 2-1 en campo del West Ham, donde por cierto terminó expulsado por protestar con la energía que le caracteriza durante el descanso.

Mourinho expulsado
Excusas, excusas y más excusas para cada partido que pierden. Cuando no carga contra el árbitro lo hace contra el césped, y cuando se terminan sus argumentos se va a por los recogepelotas. Alguna vez raja de sus jugadores, pero nunca entona el mea culpa. Ya le conocemos y no nos sorprende.

Se le acaba el crédito

No creo que Roman Abramovich le destituya a estas alturas, pero como las cosas se tuerzan en la Champions League no hay que descartar nada. No hay que olvidar que el magnate ruso se ha gastado muchos millones de euros para complacerle. Mou tiene un equipo hecho a su medida, con jugadores de la talla de Eden Hazard, Cesc Fábregas, Willian o Diego Costa. Sobran las excusas.

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