Se le espera el próximo 5 de agosto en Valdebebas, pero sobre la mesa hay una oferta que podría ser irrechazable tanto para el club como para el jugador. El PSG ha subido su puja por Ángel Di María, tanto que está dispuesto a pagar 80 millones de euros para que comparta vestuario con Zlatan Ibrahimovic, Thiago Silva y compañía.
El argentino es feliz en el Real Madrid porque la temporada pasada acabó de la mejor forma posible para él, pero hay otros factores de peso que le invitan a buscarse la vida lejos del Santiago Bernabéu.
Carlo Ancelotti le prefirió por delante de Mesut Özil y al final le convirtió en uno de los jugadores intocables de la plantilla. Por eso ahora dice que les espera la semana que viene, aunque a nadie se le escapa que en estos momentos tiene un pie fuera del club.
Mejora salarial considerable
Lo tiene porque la oferta que le plantean también le seduce. Le ofrecen 8 millones de euros anuales que no podrá rechazar, porque es bastante más de lo que está cobrando ahora mismo por defender la camiseta blanca. Eso sí, tendrá que esperar a que los franceses vendan. Se comenta que Ezequiel Lavezzi y Javier Pastore son transferibles y la llegada de Di María supondrá el adiós de como mínimo uno de ellos.
La venta más suculenta de la historia del Madrid
De concretarse el traspaso, sería la venta más cuantiosa de la historia del Madrid, porque superaría con creces los 45 millones de euros fijos + 4,6 variables que pagó el Arsenal por Mesut Özil el pasado verano. A principios de mes pedían 50 millones, pero tras gastarse 80 millones por James Rodríguez y ver el interés del PSG y otros clubes, dicha cantidad se ha disparado considerablemente. Por eso lo de Di María es cuestión de días y en el club todo el mundo sabe que no se volverá a enfundar la camiseta con la que ganó la Champions League la temporada pasada.
¿Es conveniente traspasarlo?
No me parece nada mal que le vendan, aunque hay que reconocer que Di María fue uno de los mejores jugadores del Madrid la temporada pasada. Lo dio todo en cada partido y fue clave en momentos decisivos. Su gran Mundial ha incrementado todavía más su caché, y no hay que olvidar que todavía tiene 26 años. A pesar de ello, si la apuesta de este año es James Rodríguez, lo más sensato es darle salida, y más si se produce a un buen precio. A todos los entrenadores les gusta tener fondo de armario, pero el mantenimiento de ese armario no siempre es sostenible.