El enésimo enfado de Cristiano le delata

Arbeloa y Cristiano Ronaldo
Lo que puedes ver en la fotografía que se muestra sobre estas líneas es lo que resume el enésimo enfado de Cristiano Ronaldo. Álvaro Arbeloa «le quitó» el tercer gol del partido que disputaron anoche ante el Almería y el nene se cabreó. No fue a celebrarlo con el lateral como habría hecho cualquiera, sino que le dio una patada al balón cuando ya estaba dentro y regresó al centro del campo con cara de pocos amigos. Y cuidado porque no es la primera vez que lo hace.

Dos caras

Su falta de compañerismo es brutal. Me da igual que regale relojes Bulgari de 8.000 euros a sus compañeros por ganar la décima Champions League. Las cosas se demuestran de otra forma, no con dinero. Cuando él marca todo el mundo va a abrazarle, pero cuando marca otro la cosa cambia. A veces lo celebra y a veces no. Depende de si ya ha marcado un gol o tiene un buen día. Y eso no puede ser.

Cristiano Ronaldo enfadado
Es la estrella del Real Madrid y todo el mundo lo sabe. Le respetan y le tratan como a un líder, pero él no se hace de querer. El egoísmo que muestra sobre los terrenos de juego le hace perder adeptos dentro y fuera del vestuario. Parece que lo único que le importa es marcar goles y acabar como máximo goleador de la Liga. Y claro, como Leo Messi le metió dos al Getafe el pasado martes, afrontó el duelo ante el Almería con algo de ansiedad.

Si fuera de otra forma sería más querido

Sé que nadie le va a decir nada y que muchos madridistas le defenderán. Yo tengo mi opinión y la expreso libremente. CR7 es un grandísimo jugador y puede que también sea una gran persona (no lo sé porque no lo conozco). Sin embargo, estas cosas que hace ensombrecen su figura, le hacen ser un jugador menos querido de lo que podría ser. No cuesta nada alegrarse por los goles que marcan los demás.

Cristiano se queja

Pasó algo parecido con Bale

Esta misma temporada recuerdo otro caso similar. Fue en un partido ante el Levante. Se inventó una chilena dentro del área que sacaron en boca de gol, pero el rechace fue a parar a los pies de Gareth Bale y el galés sí que acertó. ¿Qué hizo Cristiano? Lejos de levantarse para celebrarlo, golpeó el césped muy enfadado porque no había marcado. ¿Eso es normal? Para mí no lo es.

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