El Levante tiene prisa por renovar a Caparrós


El Levante se ha dado cuenta de que hay vida después de Juan Ignacio Martínez, más conocido como JIM. Los malos resultados cosechados por el equipo al final de la temporada, sumados a una crisis que hubo en el vestuario tras el Levante-Deportivo que acabó 0-4, precipitaron la destitución de un hombre que había logrado algo histórico al clasificarse para los octavos de final de la Europa League 2012-2013.

Se lo merece

Por ese motivo apostaron por Joaquín Caparrós, un hombre de fútbol que no solo destaca por ser un gran entrenador. También es una gran persona que va dejando amigos en todos los clubes que abandona. El último fue el Mallorca, donde un cúmulo de circunstancias acabaron con el equipo en Segunda División tras un gran inicio de Liga. Las lesiones se cebaron con la plantilla y los refuerzos no llegaron porque no había dinero. Los resultados no acompañaron y el de Utrera fue despedido antes de terminar la temporada.

Ahora, en esta nueva etapa al frente del Levante, tanto el club como Caparrós se desean. Están muy cómodos viviendo en la séptima posición de la Liga y no hay motivos para pensar que las relaciones se romperán el año que viene. Pero claro, como solo tiene un año de contrato de por medio, ahora hay que hablar de una renovación más que merecida.

La renovación de Rubén García


El Levante ha priorizado su renovación por encima de todas las cosas, pero también quiere atar a sus perlas. Rubén García, el canterano que ya se ganó un puesto en el once inicial la temporada pasada, tiene solo 20 años y su contrato termina el 30 de junio de 2016. Su cláusula de rescisión es de 10 millones de euros y ahora quieren mejorar sus emolumentos para que esa cifra sea mayor y su compromiso se estire hasta 2018. La oferta ya está hecha, pero el jugador de momento no se ha reunido con nadie en el Ciutat de Valencia.

La hipotética venta de Pape Diop


El otro tema que preocupa es el de Pape Diop. El centrocampista senegalés se está convirtiendo en la estrella del Levante. Es un muro de contención que también sabe jugar el balón. Además, tiene llegada y ya ha logrado más de un tanto esta temporada. Para Caparrós es la pieza clave del engranaje, así que para él sería una malísima noticia que fuera traspasado en el próximo mercado invernal. El jugador, que es quien tiene la última palabra, quiere marcharse porque ya tiene importantes ofertas sobre la mesa y a sus 27 años no está como para dejar pasar trenes.

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