Las excusas en el mundo del fútbol

Jose Mourinho Chelsea
«¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?». Es lo que se preguntaba José Mourinho tras el partido de ida de las semifinales de la Champions League 2010/2011. En aquel entonces era entrenador del Real Madrid y cargó contra la UEFA por el arbitraje de Wolfgang Stark en un duelo que el Barça ganó por 0-2 y que estuvo marcado por la expulsión de Pepe por una entrada sobre Dani Alves.

El técnico portugués es el rey de las excusas, pero ese día se superó acordándose de Pep Guardiola y UNICEF para justificar la derrota de su equipo, que no hizo absolutamente nada para merece otro resultado.

El árbitro

Madrid Barcelona
Como acabo de comentar, Mou es un especialista a la hora de apuntar al árbitro cuando las cosas no le salen bien. Lejos de entonar el mea culpa por un planteamiento equivocado o por no haber dado con el once ideal, se escuda en la mala actuación de los colegiados para que su fama de gran entrenador no se venga abajo con las derrotas.

Culpar al árbitro no es algo único y exclusivo del actual entrenador del Chelsea. Casi todos lo hacen y casi siempre emplean una frase que me hace mucha gracia antes de empezar a despotricar: «Ya sabéis que yo no suelo hablar de los árbitros, pero…». En caliente puede pasar, pero en frío ya es más preocupante. Quejarse del árbitro no sirve de nada. Son humanos y se pueden equivocar. Sus decisiones a veces te favorecen y a veces te perjudican. Por eso es absurdo que estén en el punto de mira de entrenadores, jugadores, directivos y aficionados.

El balón

balon
No es una excusa tan popular como la anterior, pero también hemos llegado a escuchar de todo sobre el balón. Es el caso de lo que se vivió durante el Mundial de Sudáfrica con Jabulani, una pelota de adidas que no tardó en generar polémica por los extraños efectos que dibujaba su trayectoria al ser golpeada.

Jugadores como Iker Casillas o Xavi Hernández mostraron su descontento públicamente, algo que sorprende especialmente en el caso del centrocampista del Barça, que como sabrás tiene un contrato de patrocinio con adidas. Casillas también lo tiene ahora, pero por aquel entonces lucía botas y guantes Reebok, así que lo tenía bastante mejor para rajar.

Lo que no es una excusa desde hace muchos años es el tipo de balón con el que se disputan los partidos de las competiciones domésticas. En ligas como la española, la italiana o la inglesa siempre se juega con un esférico Nike. Su rival, adidas, se deja ver en competiciones de la UEFA como la Eurocopa y la Champions League, y también en la Copa del Mundo que organiza la FIFA.

Sea como sea, si el balón está mal lo está para los dos equipos. No hay excusa que valga.

El césped

cesped
Aquí los problemas pueden aparecer para molestar a los jugadores antes de golpear el balón. El césped, cuando se levanta, es un obstáculo más a la hora de jugar por el suelo. Un centro, un pase raso o un disparo a puerta pueden desviarse por culpa de un cacho levantado.

En la mente guardo imágenes de un Camp Nou hecho un Cristo y de otros estadios que han visto como su césped no era capaz de asentarse como es debido. Por eso de vez en cuando se produce la clásica imagen del jugador mirando al césped cuando el balón se va a las nubes. Cristiano Ronaldo es uno de los que más veces suele hacerlo, y no siempre con razón. Las repeticiones le delatan.

La mala suerte

Soldado
Y si hubiera entrado eso… Y si no hubiera tocado el larguero… Y si no se hubiera tropezado en el área… La suerte, como en todos los deportes, juega su papel. En ocasiones puede ser determinante, pero no hay que olvidarse de que la buena suerte es para quien la busca.

Refugiarse en la mala suerte es muy simple. Es lo que suelen hacer los entrenadores y los jugadores que prefieren que renuncian a un ejercicio de autocrítica. Es una excusa que los aficionados no suelen tragarse, porque al final lo que se valora son los títulos. Eso sí, cuando un equipo lo da todo en el campo y pierde por «mala suerte», las críticas son siempre menos feroces.

¿Fallar una ocasión de gol clara es mala suerte? No, es mala definición. Son dos cosas muy distintas. El delantero que piensa que es mala suerte no evoluciona. El que sabe que ha sido el culpable y busca la manera de no volver a fallar es el que evoluciona.

Los recogepelotas

recogepelotas
Vuelvo a hablar de mi gran amigo Mou para sacar este tema de los recogepelotas. En la primera y única derrota que ha sufrido el Chelsea en la Premier League esta temporada, el portugués habló se quejó amargamente de los recogepelotas, esos chavales que se ofrecen con toda la ilusión del mundo y que en ocasiones están demasiado entrenados.

El caso es que cayeron en campo del Newcastle y en la rueda de prensa posterior dijo que «los chicos desaparecían cuando iban ganando«. También habló de que a veces había dos balones en el campo en vez de uno. Prácticas poco elegantes que se pusieron muy de moda en el Sánchez Pizjuán.

Los jugadores

seleccion
Que los aficionados digan que se ha perdido un partido por culpa de los jugadores es normal, pero que lo haga un entrenador no lo es tanto. Si públicamente reniegas de tu plantilla, lo más probable es que se vuelvan en tu contra. Entras en un espiral de negatividad y es entonces cuando tus pupilos pueden hacerte la cama, que no es otra cosa que perder partidos queriendo para que la directiva te cese. No ha pasado ni una ni dos veces. Ha pasado cientos de veces a todos los niveles y seguirá pasando.

Las más curiosas

En este apartado podemos empezar mencionando una de Sir Alex Ferguson en 1996. En el descanso de un partido que perdían ante el Southampton por 3-0, ordenó a los jugadores que se quitaran la camiseta que llevaban, puesto que con ella acumulaban tres derrotas consecutivas y estaban a punto de caer por cuarta vez. Su idea no funcionó porque acabaron perdiendo por 3-1.

Tommy Docherty, otro ex entrenador del Manchester United, merece tener su momento de gloria en este artículo. Primero por justifica el descenso del club a segunda división en 1974 echándole la culpa al conductor del autocar, que por lo visto se había retrasado en más de una ocasión. En 1954, cuando era jugador, ya se hizo famoso por sus excusas al culpar a la Asociación Escocesa en la Copa del Mundo de 1954. Perdieron por 7-0 ante Uruguay, y según él fue por culpa de las camisetas:

La Asociación Escocesa pensó que en Suiza haría frío porque tiene montañas. Parecía que estábamos en una expedición en la Antártida. Los uruguayos llevaban camisetas de cuello en pico de manga corta. Por eso perdimos 7-0.

Para terminar, nada mejor que la excusa de David James, ex portero del Liverpool. Tras declararse culpable de recibir tres goles ante el Newcastle, reconoció que su adicción a los videojuegos le había jugado una mala pasada. Estuvo jugando al Tomb Raider y al Tekken II durante demasiadas horas y por eso no jugó todo lo concentrado que debía. Si por lo menos hubiera jugado al FIFA o al Por Evolution Soccer…

¿Qué otras excusas añadirías? ¡Esperamos tus comentarios!

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