Ni siquiera fue bonito mientras duró. Chicharito Hernández, por mucho que marcara aquel gol ante el Atlético de Madrid que le elevó a la categoría de Dios del fútbol mundial, volverá al Manchester United este verano. Lo hará para preguntar qué es lo que piensan hacer con él, porque Louis van Gaal ya dejó claro en su día que no era de su agrado.
Suplente por definición
El internacional mexicano de 26 años ha jugado muy poco en la capital de España. Carlo Ancelotti no contó con él a principio de temporada y solo al final le dio algunos minutos para suplir la baja por lesión de Karim Benzema. Entre todas las competiciones, solo se le ha visto el pelo en 33 partidos, y en casi todos ha participado partiendo desde el banquillo. De hecho, solo le hemos visto durante 1.358 minutos, que es menos de lo que han jugado otros hombres tan descartados como Asier Illarramendi.
No da la talla
Ha marcado 9 goles y ha firmado un promedio que no está nada mal, pero eso no le sirve para continuar. Se deja la piel, corre como pocos y siempre están con la caña preparada, pero para jugar en un club como el Real Madrid es necesario tener algo más. Le falta calidad y como mucho puede aspirar a ser el eterno suplente. El problema es que Florentino Pérez no está dispuesto a pagar los 20 millones de euros que fijaron por contrato en su día, así que tendrá que hacer las maletas para irse por donde vino.
¿Y ahora qué?
En Inglaterra se postula para fichar por otro equipo de la Premier. Alguna que otra oferta tendrá, pero dudo que haya algún club dispuesto a pagar 20 kilos para arrebatárselo al United. Eso significa que tendrán que rebajar sus pretensiones o concretar una nueva cesión que seguramente no contentará a Chicharito.