Delicada situación para el Benfica en la Champions League. Las cosas no le van tan bien como en el campeonato doméstico y ayer sumó su segunda derrota en dos partidos. Los portugueses jugaron rematadamente mal y merecieron perder por 3-1 ante un Bayer Leverkusen que coge aire tras perder ante el Mónaco por 1-0 en la primera jornada de la fase de grupos.
El gol se mascaba desde los primeros compases, pero no llegó hasta el minuto 25. Steffan Kiessling se aprovechó del rechace de un disparo del coreano Heung Min Son, uno de los más destacados sobre el césped del BayArena. Empujó el balón a placer mientras los defensas pedían fuera de juego.
Se esperaba más de los lusos
El segundo llegó en el minuto 34 y fue obra de Son. El centrocampista asiático finalizó una gran jugada combinada en el corazón del área. Le llegó un centro raso a su pierna derecha y la puso por arriba lejos del alcance de Julio César, a quien el remate le pilló a contrapié.
El argentino Eduardo Salvio recortó distancias en el minuto 62. Fue el primer disparo del Benfica a puerta y parecía que la reacción podía llegar. Sin embargo, los locales marcaron el definitivo 3-1 dos minutos después gracias a un penalti dudoso cometido por Jardel sobre Kiessling. Hakan Calhanouglo no se puso nervioso y engañó a Julio César desde los once metros.
Zenit 0-0 Mónaco
Antes de que se jugara el Bayer Leverkusen – Oporto los futbolistas del Zenit y el Mónaco ya habían disputado su partido correspondiente a la segunda jornada. Se esperaba espectáculo porque ambas plantillas tienen jugadores de nivel, pero ni los rusos ni los monegascos estuvieron a la altura de las circunstancias. Fue como si ambos dieran por bueno el empate en un grupo en el que la igualdad es máxima.
Ahora mismo el Zenit es líder con 4 puntos, los mismos que el Mónaco. El Bayer Leverkusen es segundo con tres puntos y el Benfica todavía no ha estrenado su casillero, aunque estoy convencido de que la reacción de los de Jorge Jesús llegará en la tercera jornada.