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El «casi» no vale en el fútbol

Jose Mourinho
Por lo menos al más alto nivel. En un Real Madrid o en un Barça no puedes estar contento como entrenador si has estado a punto de ganar la Liga, la Champions o la Copa del Rey. Los aficionados no lo estarán y los directivos te mirarán mal por muy buen fútbol que hayas practicado a lo largo del año y por muy buen currículum que tengas en el club.

Mourinho

Se lo pueden preguntar al bueno de José Mourinho, que tras una temporada en blanco en el Madrid tuvo que hacer las maletas rumbo a Londres. Venía de ganar la Liga de los récords y no estuvo lejos de ganar la Champions. Sin embargo, al final se quedó sin opciones en todas las competiciones y la destitución fue inevitable. Además, no hay que olvidar el mal rollo y los bandos que se habían creado en el vestuario del Santiago Bernabéu, algo que no tenía nada que ver con los resultados.

Guardiola

Pep Guardiola era feliz en Barcelona, pero en el Bayern de Múnich se le ha cuestionado por culpa de los malos resultados en la Champions League. Han arrasado en la fase de grupos en las dos temporadas con el de Santpedor en el banquillo, pero el Madrid y el Barça han terminado con sus aspiraciones en semifinales. Ha sido otra especie de «casi» que le ha valido muchas críticas en Alemania. El próximo año será su último año, así que dará igual que gane o que pierda a la hora de hablar de su continuidad.

Ancelotti

Es otro de los que ha vivido en sus propias carnes lo que significa entrenar a un club como el Madrid. Ancelotti era el hombre de la Décima que también sumó una Copa del Rey para las vitrinas del museo blanco, pero eso no le ha servido para continuar tras una temporada en la que no han sido capaces de conquistar ni un solo título importante. Ser segundos en Liga y semifinalistas en la Champions es motivo de despido en la capital de España.

Wenger, la excepción

Siempre hay una excepción que confirma la regla. En este caso es Arsène Wenger, que lleva 200 años en el Arsenal y solo ha ganado tres Premier League. A veces ha sobrevolado el «casi» por Highbury y por el Emirates Stadium, pero otras veces ni siquiera eso. Da igual, porque es como si hubiera firmado un contrato vitalicio con los ‘gunners’ que le libra de toda culpa en caso de fracaso. Por eso Mourinho le ataca siempre que puede hablando de la frustración con la que se han acostumbrado a vivir los aficionados del Arsenal.

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