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El PSG fue demasiado para el Chelsea, que se queda sin Champions

PSG Ibra
Al Chelsea de Guus Hiddink ya solo le queda la FA Cup, donde el próximo sábado disputará los cuartos de final ante el Everton. Ayer tiró por la borda sus opciones de seguir vivo en la Champions League, una competición que te exige estar a un nivel que los londinenses no han sido capaces de alcanzar a lo largo de la temporada.

Un equipo con galones

El PSG es un equipo con cara y ojos. Un equipo que se ha curtido en Europa y que se prepara para jugar los cuartos de final por cuarta vez consecutiva. El hecho de contar con jugadores como Ángel Di María, Zlatan Ibrahimovic o Marco Verratti es todo un seguro de vida a la hora de afrontar partidos de alto voltaje.

Rabiot adelantó a los visitantes

Pese a la superioridad de los parisinos con el balón en los pies, los locales dieron la cara hasta el final y a punto estuvieron de forzar la prórroga cuando se les daba por muertos. Adrien Rabiot abrió la lata en el minuto 16 para silenciar a los aficionados que llenaron Stamford Bridge con la esperanza de vivir una noche mágica. El francés solo tuvo que empujar un balón que le sirvió Zlatan Ibrahimovic, que esta vez no fue expulsado como el año pasado.

Gran gol de Diego Costa

Los minutos pasaban y el PSG se gustaba. Los de Laurent Blanc tocaban y se aproximaban a la portería defendida por Thibaut Courtois. Al Chelsea solo le quedaban los contraataques y los chispazos de rabia de Diego Costa, que ayer fue determinante hasta que tuvo que abandonar el terreno de juego por lesión.

El hispano-brasileño puso la eliminatoria patas arriba en el minuto 27 con una maniobra de mucha calidad. Rompió a Thiago Silva nada más pisar área y batió a Kevin Trapp con la zurda.

Ibra silenció las gradas

Daba la sensación de que el Chelsea podía lograr el 2-1 para forzar la prórroga, pero el PSG también tenía sus armas y quería explotarlas para acabar con el sufrimiento. Y así fue en el minuto 67, cuando Ángel Di María corrió la banda izquierda de Stamford Bridge como no la había corrido con la camiseta del Manchester United. Levantó la cabeza y envió un misil que fue a parar a la bota derecha de Ibrahimovic, que a quemarropa no falló. El sueco celebró por todo lo alto uno de esos goles que valen su peso en oro.

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