Que la afición de Mestalla sea crítica con sus jugadores y con los entrenadores me parece genial. Están en su derecho de protestar y sacar sus pañuelos cuando los resultados o el juego del equipo no son los esperados. Pero claro, de ahí a que ciertos energúmenos saquen a relucir su lado racista…
Gentuza sin educación
Son los típicos canis que ensucian la imagen de una afición ejemplar. Por desgracia, en la Liga lo de los insultos racistas no conlleva el cierre de estadios o sanciones ejemplares como sí sucede en otros países. Por eso se repiten momentos tan incómodos e irrespetuosos como el que se vivió el pasado domingo en la capital del Turia.
Marcelo tuvo que aguantar los gritos de varios aficionados del Valencia que le llamaron «rata» y «mono». Y digo yo… ¿no serán ellos los simios? Que se lo hagan mirar.