Los aficionados al fútbol siempre estaremos en deuda con Johan Cruyff

Cruyff y Guardiola
Ha pasado una semana y un día desde que Johan Cruyff nos dejó. El mundo del fútbol le ha rendido varios homenajes desde entonces aprovechando los compromisos de las selecciones, pero ninguno será tan emotivo como el que ha preparado el Barça este sábado con motivo de la disputa del Clásico.

Para empezar, los aficionados crearán un mosaico con 90.000 cartulinas con el lema «Gràcies, Johan» y los jugadores saltarán al terreno de juego con camisetas luciendo el mismo lema. Es lo mínimo que merece un hombre que cambió la historia del club por completo.

Un sabio al que no le dio miedo probar cosas nuevas

Como jugador fue una maravilla. Siempre se le ha considerado como uno de los mejores de la historia. Es difícil decir si está entre los tres o entre los cinco mejores. Lo que nadie pone en duda es que tenía algo especial.

No necesitó un gran físico para destacar. Lo que le hacía diferente era la inteligencia, la misma que le permitió dejar atrás a los rivales con cambios de ritmo inesperados; la misma que le llevó a perfeccionar eso de pasar el balón por debajo de las piernas para orientarse hacia el lado contrario al que se había perfilado.

En ese sentido fue un inventor. Disfrutaron de él en el Ajax y en el Barça, mientras que la selección holandesa se hizo notar en competiciones importantes gracias a su liderazgo. De hecho, protagonizó enfrentamientos para la historia junto a Franz Beckenbauer, otro grande que lamentó la pérdida de un hombre al que consideraba su amigo. También pasó por el Levante y por Estados Unidos antes de volver al Ajax y acabar su carrera deportiva en el Feyenoord.

Cruyff con Holanda

El entrenador que acabó con los complejos del Barça

Su etapa como entrenador no fue menos brillante. Acabó con todos los complejos del Barça y conquistó la primera Copa de Europa del club, la que ganaron en Wembley gracias al mítico gol de Ronald Koeman ante la Sampdoria en la prórroga. Además, sumó una Recopa de Europa, una Supercopa de Europa, cuatro Ligas, tres Supercopas de España y una Copa del Rey.

Jugadores como Pep Guardiola se beneficiaron de sus consejos. El actual entrenador del Bayern de Múnich ha reconocido que para él era como un padre. Seguramente ahora no sería tan bueno en su trabajo si no hubiera aprendido tanto de Cruyff. Y lo mismo se puede decir de otros como Koeman o Txiki Begiristain, que también se están ganando muy bien la vida.

Más allá de los títulos que conquistó, siempre se le va a recordar por el estilo de juego que instaló en Barcelona. Ahora todos los equipos juegan como él consideró que debía jugar el primer equipo cuando dirigía a los Romario, Stoichkov y compañía. No valía solo con ganar; también contaba con entretener. Eso es justo lo que logró Guardiola en su día y lo que está logrando Luis Enrique en la actualidad. El Barça sigue jugando al estilo Cruyff y los aficionados se divierten. De hecho, no hace falta ser del Barça para disfrutar con el fútbol de un equipo que siempre apuesta por tener el balón. Por eso pienso que siempre estaremos en deuda con él.

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