En las últimas horas se está hablando mucho de esto. El matrimonio que forman Mesut Özil y el Arsenal está atravesando sus peores momentos. Fueron muy felices durante las primeras semanas porque el alemán rendía a un gran nivel y el equipo lo notaba. Sin embargo, con el paso de los meses todo a ido a peor y lo más normal es que acabe haciendo las maletas. Cuando llegó a Londres posó ante las cámaras con cara de amargura porque no quería dejar el Real Madrid, y pronto se vio que el Arsenal no era un club capaz de llenarle de la misma forma.
Un jugón para Guardiola
El club que sí podría llenarle tanto como el actual campeón de Europa es el Bayern de Múnich. No hay que olvidar que Özil es alemán y todo jugador alemán quiere vestir la camiseta del equipo más laureado del país. Además, a su favor está que Pep Guardiola ya le quería para su Barça hace años, porque es un jugador capaz de integrarse muy bien en un esquema de juego en el que se prioriza el toque y la posesión del balón.
Özil puede disfrutar mucho en el Allianz Arena, pero primero los dos clubes tienen que ponerse de acuerdo. Su comenta que el traspaso podría cerrarse en enero y que la cantidad del mismo rondaría los 30 millones de libras, una cifra notablemente inferior a los 42,5 millones que pagaron los ‘gunners’ en su día para traérselo de España. Eso significa que podría haber disputado su último partido con el Arsenal, ya que se lesionó la rodilla izquierda con la selección y estará casi tres semanas de baja.
Un clavo saca otro clavo
Arsène Wenger asume que su marcha es muy probable y ya piensa en nuevos refuerzos. Los nombres que suenan con más fuerza son los de Sami Khedira, Mats Hummels y Julian Draxler. Todos ellos futbolistas alemanes que podrían cambiar de aires para probar suerte en la Premier League. En el caso de Khedira no sería nada raro verle en el Emirates Stadium en enero, ya que termina contrato el 30 de junio y para el Madrid sería última oportunidad de sacar un pequeño pellizco por él.