La selección francesa se ha quedado sin su jugador estrella, el hombre que estuvo a punto de ganar el Balón de Oro que se entregó a principios de año. Franck Ribéry no podrá disputar el Mundial de Brasil por culpa de los problemas que arrastra en la espalda, los mismos que probablemente le impedían rendir al 100% en la recta final de la temporada, cuando Pep Guardiola más le necesitaba para hacer algo grande en la Champions League.
Necesitaba un milagro
El habilidoso jugador del Bayern de Múnich arrastra problemas serios desde el pasado 24 de mayo y se reservó en los dos primeros partidos amistosos de la selección gala. Didier Deschamps confió en su recuperación y le ha esperado hasta el último momento, pero el equipo médico no ha tenido más remedio que descartarte porque sus problemas no se han solucionado y no se solucionarán en los próximos días.
Grenier también es baja
Su baja es un contratiempo muy importante, como también lo es la de Clément Grenier, centrocampista del Olympique de Lyon que ha abandonado la concentración por una lesión en los abductores. Para suplir estas dos bajas por lesión de última hora, Deschamps ha llamado a Morgan Schneiderlin (Southampton) y Rémy Cabellam (Montpellier), dos futbolistas de 24 años que no deberían tener demasiado protagonismo durante el torneo.