Diego Pablo Simeone llegó a finales de 2011 a la capital de España para enderezar el rumbo de un Atlético de Madrid que navegaba a la deriva. Desde el primer día contentó a los aficionados porque siempre ha sido muy querido en el Vicente Calderón, pero eso no le garantizaba terminar la temporada en el banquillo rojiblanco.
A base de trabajo y esfuerzo ha logrado los primeros buenos resultados. En poco más de un mes ha sumado tres victorias y dos empates, algo que ha servido para que en estos momentos el Atlético se encuentre en séptima posición a solo dos puntos de las plazas que dan derecho a jugar la Champions League la temporada que viene.
Su fórmula secreta no es ningún secreto: carácter, garra y temperamento. Esos valores que siempre demostró tener como jugador los ha transmitido a la plantilla para que salgan a por todas domingo tras domingo. El resultado es que Thibaut Courtois no ha encajado ni un solo gol desde su llegada. La defensa, que siempre había sido el punto débil de los colchoneros, es ahora su gran virtud.
Ahora bien… ¿es flor de un día esta reacción del Atlético de Madrid? ¿Logrará el ‘Cholo’ mantener este ritmo para ocupar la cuarta plaza a final de temporada? Yo sinceramente no lo tengo muy claro, pero lo que sí es evidente es que ha sabido motivar a unos jugadores que estaban pensando más en el descenso que en Europa cuando tomó las riendas.