La decepción en Argentina es mayúscula. Su selección sigue estancada, jugando mal y sin ganar un partido en la Copa América, la que este año juegan en casa. En la primera jornada estuvieron a punto de perder ante Bolivia, aunque finalmente lograron recomponerse gracias a un gol del Kun Agüero. Ayer, con la ilusión renovada, volvieron a llevarse una buena bofetada. Empataron a cero ante Colombia y a punto estuvieron de perder. Ahora tendrán que ganar a Costa Rica en la última jornada para lograr la clasificación.
Muchas figuras pero poco fútbol, así es como se puede resumir lo que estamos viendo de la albiceleste. Leo Messi estuvo desaparecido anoche, viniendo a recibir demasiado abajo por la falta de creatividad en el centro del campo. No se siente cómodo y tiene que hacer cosas que deberían hacer otros futbolistas. Por si fuera poco, luego tiene que recibir las críticas de unos aficionados que no se quieren dar cuenta del verdadero problema.
La falta de puntería de los «cafeteros» y las buenas intervenciones de Romero evitaron una derrota que hubiera escocido mucho porque hubiera dejado a Argentina con pie y medio fuera de la competición. La afición se mostró muy crítica con su selección y por eso la despidió con una sonora pitada.
Tras el partido, Batista comentó que les había faltado suerte. Sin embargo, esa excusa de poco sirve si finalmente no logran el objetivo (o como mínimo clasificarse para la siguiente fase de la Copa América). Otra vez Agüero estuvo en el banquillo y ni se acordó de un hombre tan talentoso y desatascador como Javier Pastore. Así las cosas, no le queda más remedio que preparar una revolución de cara al trascendental partido ante Costa Rica. ¿Modificará el esquema táctico y dejará a Messi más libre moviéndose por las zonas de peligro? Debería…