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El Barça podría quedarse en blanco después de 12 años

Camp-Nou-Barcelona
Con LaLiga ya finalizada, es el momento de analizar cuál ha sido el rendimiento global de los equipos. Uno de los conjuntos que ha mostrado un juego más irregular ha sido el FC Barcelona, que ha vivido un año convulso con un cambio de entrenador a mitad de temporada. La fiabilidad del Barça de Valverde, plano en el juego, pero confiable en los resultados, ha dado paso a la irregularidad de Setién.

Con Setién solo han ido a peor

El técnico cántabro se incorporó a la disciplina blaugrana el pasado mes de enero con una propuesta de buen juego por bandera. Enamoró a la parroquia culé con su discurso Cruyffista, pero sus intenciones no se convirtieron en tangibles: El club catalán fue sumando empates y malos resultados fuera de casa, un hecho que se contrapuso al ascenso meteórico del Real Madrid. Este fin de semana el equipo merengue sumó otro partido como imbatido, acumulando un total de 8 en sus últimos 9 enfrentamientos, una situación que ya destacaba Oddschecker antes del partido ante el Villarreal de la jornada anterior. El 2-2 conseguido ante el Leganés en la última jornada de Liga muestra la fiabilidad de un equipo que ya no se jugaba nada y que supo competir hasta el final. El resultado final -con el Madrid coronado como campeón- ha dejado al Barça tocado, dejando escapar un título que tenía muy bien encarado. Una comparación muy desigual si analizamos la voracidad con la que el Madrid ha disputado sus últimos partidos frente a la parsimonia con la que lo ha hecho el Barça, permitiéndose el lujo de perder ante Osasuna cuando todo estaba por decidir.

La champions como tabla de salvación

Terminada la competición doméstica, el gran objetivo es la Champions League, pero hay un hecho paradigmático que demuestra la situación de excepción que vive el Barça: subcampeón en la Liga, eliminado en la Copa del Rey, y derrotado en la Supercopa de España. Al equipo de Setién solo le queda una bala: la Champions.

De momento, deberá superar la eliminatoria ante el Nápoles, un duelo trascendental que puede decantar el futuro a corto plazo del club. El capitán del Barça, Leo Messi, ya explicitó la importancia del partido, asegurando que con el juego actual que estaba mostrando el equipo no lograría superar el cruce con el equipo italiano. Estas palabras provocaron un incendio de gran magnitud en la directiva blaugrana, interpretando las afirmaciones del astro argentino como una crítica contra el entrenador. La situación ha quedado enderezada tras una serie de reuniones que se han precipitado, con el triunvirato vestuario, directiva y jugadores llegando a un consenso sobre el diagnóstico actual: un cambio de entrenador no favorecería nada. Sería el tercero en una misma temporada, síntoma de que las cosas no van bien.

Si el Barça no consigue sumar una nueva Champions League en su palmarés, una tarea titánica teniendo en cuenta el nivel actual del equipo, completará una temporada en blanco. Esta situación, atípica para los culés de nueva hornada, supondría el retorno a las épocas más oscuras del club. No hay punto medio: éxito o desastre.

Mucho tiempo celebrando títulos

El FC Barcelona no vive una temporada en blanco desde el curso 2007-2008, cuando el equipo era entrenado por Frank Rijkaard. En el vestuario azulgrana existía un ambiente muy tóxico donde los jugadores habían conseguido una gran cuota de poder. Los rumores existentes que hacían referencia a una hipotética autogestión del equipo y una concesión excesiva a sus demandas provocaron el cese del entrenador. El nuevo técnico que se incorporó a la disciplina culé fue Pep Guardiola. El resto es historia: la creación y la consolidación del mejor Barça que se haya visto. En ese contexto la entidad se vio obligada a reinventarse, afrontando algunas decisiones dolorosas como la marcha de Ronaldinho o Deco, líderes del vestuario en ese contexto, jugadores que devolvieron la sonrisa a un club anestesiado.

Quién sabe si la situación a final de temporada será la misma, de momento los males del equipo están muy identificados y se parecen a los del contexto anteriormente citado. El conjunto catalán presenta un vestuario cada vez más envejecido, con una columna vertebral que se sitúa alrededor de los 30 años de media.

El Barça deberá superar un camino muy duro si quiere ganar la Champions League, trofeo que se le resiste desde el año 2015. Un triunfo en la competición borraría la mala imagen azulgrana del segundo tramo de la temporada y una derrota agravaría aún más la situación de un club que muestra síntomas de estancamiento. O blanco o negro, no hay punto medio en esta situación.

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