José Mourinho volvió a ser protagonista. Lo fue antes de que empezara el partido con su sorprendente alineación, y lo volvió a ser en el último minuto del partido con una de sus habituales celebraciones cuando el gol es un gol importante.
El técnico portugués enloqueció con el 3-2 de Cristiano Ronaldo ante el Manchester City. Lo celebró igual que su compatriota, lanzándose de rodillas por el césped del Santiago Bernabéu. Ya tenía lo que buscaba, su foto de triunfador para acaparar portadas.
Esto es precisamente lo que no me gusta de Mourinho, los protagonistas son los jugadores no el entrenador, a ver si se entera. Cuando pierden dice que no tengo equipo y cuando ganan salta al campo como si él hubiera marcado los goles. Feo, muy feo.