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Consejos para ser un buen defensa

Thiago Silva y Forlan
En los últimos años he compartido consejos de todo tipo relacionados con el mundo del fútbol. Uno de los temas que todavía no había tocado era el de los consejos para convertirse en un buen defensa, un defensa del nivel de Beckenbauer, Baresi, Sergio Ramos, Cafú, Roberto Carlos, Lahm, etc.

La posición de defensa se divide en dos puestos claramente diferenciados, el de central y el del lateral. Antiguamente también se jugaba con líbero, pero eso desapareció hace mucho tiempo y prácticamente no hay ningún equipo profesional que juegue con una línea de cuatro atrás contando los dos laterales, un central y un líbero. Este último, de existir, suele situarse por detrás de una línea de cinco en la que existen tres centales, uno de ellos normalmente más retrasado para acudir a las coberturas.

Dicho esto, vamos a empezar con el análisis de las cualidades que debería poseer un buen defensa.

Contundencia


Un defensa no se puede arrugar. No conozco ningún defensa que haya triunfado sin meter el pie con fuerza o sin ir a por un balón con todas las de la ley. No existen medias tintas. Si quieres ser un defensa respetado tienes que ir a por todas en cada balón dividido.

Lo que no hay que confundir es la agresividad con el juego sucio. Ser muy agresivo es positivo, y Carles Puyol es un gran ejemplo de ello. Siempre lo daba todo, pero nunca iba a por la pierna del rival. Solo cuando se veía superado y no le quedaba más remedio. Es todo lo contrario que otros jugadores como Pablo Alfaro o Pepe, que traspasan los límites por temas neuronales.

Colocación


El tema de la colocación va muy reñido con la veteranía. Cuanto más veterano eres, mejor te sueles colocar en el campo. La experiencia te permite aprender de tus errores y si eres listo no los vuelves a cometer porque sabes leer el juego. Leer el juego es muy importante para anticiparse, pero también para que no te ganen la espalda. Lo ideal es colocarse en una posición que te permita llegar a presionar al rival si recibe al pie, pero nunca tan cerca de él como para que te gane la espalda con un desmarque.

Un gran ejemplo de colocación es Ricardo Carvalho, que no tenía grandes cualidades para jugar de central, pero que era más listo que nadie a la hora de anticiparse o tirar la línea de fuera de juego.

Velocidad


La cualidad referida a la velocidad hay que interpretarla de distinta forma en función de si eres central o lateral. Si eres central te irá muy bien para ganar balones en largo a los delanteros. Un central suele ser corpulento y algunos delanteros son de baja estatura y muy rápidos. Por eso es tan importante que un central trabaje la velocidad, aparte de para acudir a las coberturas.

Si eres lateral, hoy en día se te exigirá explotar la velocidad tanto en defensa como ataque. Ya no se llevan los laterales toscos que no son capaces de pasar de la línea del centro del campo porque se hacen un lío con la pelota, como por ejemplo Álvaro Arbeloa. Ahora se lleva más lo de correr la banda y apurar la línea de fondo para sacar un centro, al más puro estilo Jordi Alba.

Juego aéreo


Lo del juego aéreo también depende de la posición que ocupes. Si eres lateral no es tan importante. De hecho, la mayoría de laterales son bajitos. En cambio, si eres central lo ideal es que seas alto, aunque eso no quiere decir que un jugador de estatura normal no pueda ganar balones aéreos con suma facilidad. Hombres como Roberto Ayala o Fabio Cannavaro eran especialistas a la hora de llevárselas por arriba pese a no ser especialmente altos. Un ejemplo bueno que está todavía en activo es el de Javier Mascherano. Saltar bien y saber colocar el cuerpo antes de impulsarse para anular al rival es fundamental.

Sacrificio


Es una cualidad que podríamos decir que es básica para cualquier jugador, desde el portero hasta el delantero centro. En los defensas hay dos casos muy claros: cuando el lateral sube y baja la banda sin parar y cuando el central le hace la cobertura al otro central o al lateral porque no llega o se ha visto superado. Cuando el lateral se incorpora al ataque, no siempre lo hace para recibir el balón. A veces desdobla al extremo para que éste pueda zafarse con facilidad de su rival e iniciar una diagonal hacia el centro. Es lo que han hecho muchas veces Leo Messi y Dani Alves en el Barça.

Sangre fría


Es otra cualidad que hay que valorar. Un defensa con sangre fría es un defensa que cometerá menos penaltis y tomará las decisiones más acertadas en momentos calientes. Hay que saber cuándo meter la pierna y también hay que saber que cuando el jugador está de espaldas es inútil hacerle falta. Por otra parte, lo de la sangre fría también va muy ligado a saber sacar el balón jugado por el suelo sin ponerse nervioso. No he hablado de esa cualidad por separado porque algunos entrenadores prefieren que los defensas no se compliquen la vida y jueguen en largo. A mí eso no me gusta, pero respeto a los que dicen que un defensa es para defender y nada más. Si tuviera que elegir a un rey de la sangre fría me quedaría con Lahm, que tiene tanta calidad y tantos recursos que puede permitirse el lujo de recortar a escasos metros de su portería.

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