Tras el 3-3 de anoche, el Barça necesita algo así como un milagro para estar en los octavos de final de la Champions League. El renovado proyecto de Joan Laporta, que ha implicado hipotecar buena parte de los activos del club, está al borde del naufragio por una eliminación que parece inevitable. Más que nada porque dependen de que el Inter de Milán no gane ninguno de los dos partidos que debe disputar en lo que queda de Champions: ante el Viktoria Plzen en casa y ante el Bayern de Múnich en el Allianz Arena. Eso y que el Barça gane al Bayern en el Camp Nou y haga lo propio ante el Viktoria Plzen en la República Checa.
Una defensa que no es de Champions
La ausencia de futbolistas como Jules Koundé, Ronald Araújo o Andreas Christensen fue determinante. Tener que jugártela con Gerard Piqué y Eric García de centrales es un suicidio, y ayer quedó demostrado en un partido de nivel. Lautaro Martínez hizo lo que quiso con ellos y el Inter se llevó un punto que vale su peso en oro gracias a la falta de contundencia y a los errores de bulto.
Es evidente que Piqué ya no está para estos trotes y debería dar un paso al lado, como dijo que haría cuando ya no estuviera al nivel de siempre. El primer gol de los italianos es un error imperdonable para un jugador de su categoría. Primero por lo mal colocado que está, y segundo por pensar que no había nadie a su espalda. Gol en bandeja para Barella.
Lo de Eric García no sorprende, ya que no tiene nivel para jugar en un club como el Barça y alguien debería darse cuenta de una vez por todas. La facilidad con la que se le va Lautaro en el segundo gol del Inter es vergonzante. El argentino recibe un balón largo y lo controla como si nada pese a que el canterano está bastante cerca. Le faltó agresividad y midió mal. Y lo peor es que no es nada nuevo y sigue con su crédito ilimitado.
Un buen Barça en la primera parte
Dejando a un lado el descontrol de la segunda parte, motivado por las prisas que exigía el marcador, el Barça hizo una primera parte bastante decente y mereció irse al descanso con ventaja gracias al gol de Ousmane Dembélé, que como siempre estuvo muy participativo pero tomó malas decisiones en la segunda parte, a veces por abusar del balón.
Lewandowski estuvo a la altura
Si el Barça no está eliminado a estas horas de la mañana es gracias a Robert Lewandowski. El polaco tiró del carro como se le exige igualando el partido en hasta dos ocasiones, primero con algo de fortuna y después con un soberbio cabezazo de libro. Es una pena que no vaya a estar en los octavos de una competición que siempre le ha visto luchar en las eliminatorias. Se le echará de menos.
Xavi huye de las excusas
A pesar de que ha dicho que esta Champions está siendo muy cruel con el Barça, Xavi Hernández no quiso tirar balones fuera a la hora de analizar el papel del equipo en la presente Champions. Dijo que el año pasado no les deba, pero que este año deberían estar en otra situación. Ahora quiere centrarse en el duelo liguero ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, una válvula de escape a la que deben aferrarse para que la burbuja de ilusión no se reviente con tanta facilidad.