El Mundial de Rusia ya nos ha dejado un par de sorpresas importantes. Las dos llegaron ayer y destrozaron muchas apuestas combinadas. Alemania, la actual campeona del mundo, cayó ante México, mientras que Brasil no fue capaz de pasar del empate ante Suiza, que 8 años atrás le amargó el debut a la España que acabaría ganando el Mundial de Sudáfrica.
Los suizos son incansables
De Brasil podemos esperar mucho más. Es una de las grandes favoritas sin lugar a dudas. Eso sí, no puede dormirse en los laureles porque en el Mundial nadie regala nada, y menos una selección como Suiza que cuenta con jugadores tan experimentados como Stephan Lichsteiner, Ricardo Rodríguez o Valon Behrami.
Este último fue un auténtico dolor de cabeza para hombres como Neymar o Coutinho, que vieron como el veterano centrocampista estaba en todas. Normal que no pudiera acabar el partido sobre el césped, ya que sus 33 años y las carreras que se mete hacen que se le acabe la gasolina mucho antes del minuto 90.
Genialidad de Coutinho
Lo mejor de Brasil fue el zapatazo de Coutinho con el que inauguró el marcador. El ex del Liverpool firmó el mejor gol de lo que llevamos de torneo poniendo el balón muy cerca de la escuadra, con una rosca endiablada. Sommer se estiró, pero no pudo hacer nada para evitar el 1-0.
Empate con polémica
Los suizos no se vinieron abajo y no cambiaron el plan. Sabían que alguna iban a tener, y la tuvieron a la salida de un córner que cabeceó libre de marca Zuber con una posible falta previa.
A los sudamericanos no pareció temblarles el puso, pero tampoco pusieron una marcha más. Suiza defendió con comodidad y demostró que la canarinha no es implacable.
Faltó una dosis de locura
Tite tendrá que fomentar todavía más el fútbol asociativo, sobre todo a una velocidad o dos más. Cuando los genios de Brasil se ponen a jugar las defensas echan a temblar, pero ayer les faltó el descaro necesario para tumbar a un combinado muy bien ordenador que días antes había empatado ante España, que es de las que no se cansa de buscar huecos.