Ocurrió en un partido disputado en la segunda división de Turquía. Serge Djiehoua, futbolista del Boluspor, vio la tarjeta roja a los 8 segundos de saltar al campo. Se protegió con los brazos muy abiertos y golpeó la cara de un rival que no tardó nada en irse al suelo. El árbitro le mostró la roja directa y el marfileño no pudo parar de reír mientras abandonaba el campo entre abucheos.