Bale y Karius hicieron real la decimotercera Champions del Madrid

Madrid-Champions
Lo del Real Madrid es increíble. Ya van 13 Copas de Europa, 3 Champions League de forma consecutiva. Zinedine Zidane ha hecho lo mismo que Unai Emery, solo que el técnico español lo hizo en la Europa League, que es una competición menor. El técnico francés ha salvado la temporada levantando un título que se ha acostumbrado a vivir en manos de Sergio Ramos, Cristiano Ronaldo y compañía.

El Liverpool lo intentó, pero pasaron demasiadas cosas extrañas y acabó perdiendo una final que no mereció ganar. El Madrid no hizo mucho más para ganarla, pero los errores y los aciertos son los que deciden partidos de este nivel.

Dos dolorosas lesiones

El resultado final fue de 3-1. El Madrid se impuso en un duelo que al descanso estaba igualado. Igualado en el marcador (0-0) y en el número de lesiones. Los británicos perdieron a su estrella, Mohamed Salah, que se lesionó por culpa de una acción en la que Sergio Ramos le hizo una especie de llave de judo. El egipcio se fue al vestuario llorando desconsoladamente y los aficionados ‘reds’ se llevaban las manos a la cabeza. No era para menos.

Ramos-y-Salah
Minutos más tarde sucedió algo parecido con Dani Carvajal, que como ya sucedió en la final de Milán tuvo que retirarse antes de tiempo. El canterano del Real Madrid se lesionó al dar un taconazo muy forzado y no tardó en darse cuenta de la gravedad. También se fue entre lágrimas, tapándose la cara y pensando en que no solo se iba a perder lo que quedaba de final, sino que también es probable que se pierda el Mundial de Rusia. Las pruebas que se le realizarán hoy determinarán el alcance de la lesión.

Karius regaló el primero

Tras el descanso llegaron los goles. El primero fue uno de los más tontos de la historia de la Champions. Lo logró Karim Benzema, que en el partido de vuelta de las semifinales ya aprovechó una pifia, en aquel caso de Sven Ulreich, portero del Bayern de Múnich.

Benzema-gol
Loris Karius puso el balón en juego con la mano sin darse cuenta de que el delantero francés tenía ganas de ser el más listo de la clase. El balón tocó en su bota derecha y acabó entrando lentamente ante la incredulidad de todos los allí presentes. Karius pedía falta, pero no lo fue.

Empató Mané, que fue una pesadilla para la defensa blanca

El Liverpool se repuso bastante rápido e igualó la contienda a la salida de un córner. Dejan Lovren lo cabeceó imponiéndose a Ramos y Sadio Mané aprovechó el balón que quedaba muerto en el área pequeña para batir a un Keylor Navas que poco pudo hacer para evitar el 1-1.

Van-Dijk-y-Mane

Obra de arte de Bale

A la hora de juego entró al césped Bale, y lo hizo con ganas de ser el protagonista de la final. El galés se inventó un golazo de chilena a centro de Marcelo que nunca olvidará. No fue muy ortodoxa, pero sorprendió a Karius, que no se esperaba semejante remate. Enloqueció en la celebración y el Madrid se veía cerca de la decimotercera.

La otra pifia histórica de Karius

La sentencia llegó minutos más tarde, cuando el ‘Expreso de Cardiff‘ se la jugó con un disparo lejano que se topó con unas manos de mantequilla, las de un Karius que acabó llorando y pidiendo perdón a sus aficionados por una actuación lamentable. El año que viene dudo que sea el portero titular del Liverpool.

Bale-golazo

Cristiano y su afán de protagonismo

Al término del encuentro se desató la alegría. Todos los jugadores lo celebraron sobre el césped menos Cristiano Ronaldo, que prefirió atender a la prensa para tener el protagonismo que no tuvo durante los 90 minutos reglamentarios. El portugués se equivocó dejando en el aire su futuro en un momento en el que tocaba celebrar el título. Normal que a sus compañeros no les sentara bien, aunque ya le conocen y saben que su ego necesita de estas cosas.

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