De nada le han servido a Miroslav Djukic los sesenta minutos buenos de su equipo en el Vicente Calderón. La goleada por 3-0, que pudo ser más abultada si Diego Costa no hubiera fallado el primer penalti que lanzó, ha propiciado su destitución menos de 24 horas después. Amadeo Salvo, el presidente de la entidad ché, se ha cansado del técnico serbio y le ha destituido antes lo que creíamos. Su sucesor será Nico Estévez, técnico del filial, aunque el club ya trabaja para encontrar a otro entrenador.
Casi siempre en la cuerda floja
Djukic dijo que se veía capacitado para sacar al equipo del pozo en el que se había metido. De hecho, ha vivido toda la temporada metido en un pozo y solo ha sido capaz de sacar la cabeza en ocasiones muy puntuales. El acierto de Jonas y la inspiración de Sergio Canales prolongaron su etapa en Mestalla, pero ahora ya ni eso le ha valido para continuar unas semanas más.
Malos resultados con una plantilla que tampoco es para tirar cohetes
En estos momentos el Valencia acumula 20 puntos en 16 jornadas, unos registros muy malos que no se repetían desde la temporada 1997/98. Eso sí, a favor de Djukic hay que decir que la plantilla no es ni mucho menos tan competitiva como la de temporadas anteriores. Todas las estrellas se han marchado y así es muy difícil moverse por las primeras posiciones de la clasificación.
Tercera destitución en Primera División
La suya es la tercera destitución que se produce de forma prematura en Primera División. El primero en caer fuen José Luis Mendilibar, que dejó su puesto a Javi Gracia, pero después llegó la destitución de Pepe Mel, que fue relevado por Juan Carlos Garrido. A Osasuna le ha va bastante bien con Javi Gracia, pero el Betis todavía no levanta cabeza pese a la llegada de Garrido, aunque hay que decir que el valenciano lleva muy poco tiempo en Sevilla y hay que dejarle trabajar.