En el partido que se disputó anoche en Anfield, de manera incomprensible por otra parte por lo del coronavirus (Madrid es un importante foco en Europa), el Atlético de Madrid supo resistir al campeón y la dio la vuelta a la eliminatoria cuando parecía que iba a sucumbir. Los del Cholo Simeone vencieron por 2-3 en la prórroga gracias a dos tantos y una asistencia de Marcos Llorente, que fue sin lugar a dudas el héroe de una noche para recordar de por vida.
Dominio ‘red’
El guión era bastante previsible. El Atleti, que ya de por sí es un equipo que juega encerrado atrás como si no tuviera a futbolistas capaces de desequilibrar, esperó al Liverpool con la esperanza de que Jan Oblak solucionara la papeleta. El portero esloveno lo hizo en más de una ocasión, pero al final los locales abrieron la lata para igualar la eliminatoria antes del descanso.
Fue un buen cabezazo de Georgino Wijnaldum el que tumbó el muro rojiblanco. Más tarde llegaron otras ocasiones, como por ejemplo un remate de cabeza de Robertson que se estrelló en el larguero cuando todo el mundo cantaba gol.
Firmino hizo temer lo peor
El tiempo pasó y no se movió el marcador, así que se llegó a la prórroga con el 1-0. El Liverpool dio primero gracias a un tanto de Firmino, que tuvo mala suerte y suerte en la misma jugada, ya que su remate de cabeza golpeó la madera, pero el balón le volvió a su pierna derecha y pudo rematar a placer para poner Anfield patas arriba.
EL subidón de Llorente
El Atleti no se vino abajo y buscó el tanto que le diera la clasificación. Lo encontró de la forma más inverosímil, con un remate de Llorente que superó a Adrián. El portero español cometió un error al despejar un balón con el pie y al final terminó con el ex del Madrid superándole con un disparo potente y raso ajustado al poste.
Llorente repitió minutos más tarde con un disparo similar, esta vez con algo más de dificultad si cabe. Y ya en la segunda parte de la prórroga, con el Liverpool volcado y con pocas opciones de remontar, Llorente apareció otra vez para asistir a Álvaro Morata, que finiquitó la eliminatoria. Dos ex del Madrid obraron lo que parecía casi imposible tras el gol de Firmino.