El Barça de Tito Vilanova es una máquina de ganar partidos. En 14 jornadas solo ha cedido un empate y ya ha firmado el mejor arranque liguero de la historia. Leo Messi y compañía se divierten cada vez que saltan al terreno de juego y eso se acaba reflejando en los resultados.
Este pasado fin de semana la víctima fue el Athletic de Bilbao. Los de Marcelo Bielsa no esperaban mucha cosa en el Camp Nou, más que nada porque están rindiendo a un nivel muy bajo. Lo que sí querían era no salir goleados, pero no pudieron evitar un 5-1 aplastante con el que tuvieron que volver a casa.
Festival de goles y buen juego
Gerard Piqué hizo el primero en el minuto 22 tras aprovechar un rechace de Gorka Iraizoz a disparo de Cesc Fábregas. El central azulgrana solo tuvo que empujarla. Tres minutos más tarde llegó el 2-0. Leo Messi le ganó la espalda a la defensa visitante y definió con mucha calidad. Fernando Amorebieta trató de despejar el balón antes de que entrara y lo introdujo en su propia portería.
Justo antes del descanso llegó otro golazo, para mí uno de los mejores de la temporada. Messi se la da a Cesc y el de Arenys de Mar ve a Adriano incorporándose desde atrás por sorpresa. Se la pone donde quiere y el brasileño revienta a Iraizoz. Una obra de arte.
El cuarto fue de Cesc en el minuto 56 porque Andrés Iniesta así lo quiso. Le vio cuando parecía imposible que se la diera y el ‘4’ del Barça fusiló sin piedad a un Iraizoz que ya estaba más que desquiciado. Diez minutos más tarde Ibai Gómez recortó distancias tras ganarle la espalda a la defensa, pero Messi redondeó el marcados con el 5-1 definitivo en el minuto 70.