El mal inicio de temporada del Real Madrid se ha cobrado un puesto de trabajo; el de siempre. Julen Lopetegui se ha llevado todos los palos durante el transcurso de las semanas y hasta en el momento de su destitución, ya que el club blanco publicó un feo comunicado oficial en el que cargaba contra el entrenador vasco y no hacía ni el más mínimo ejercicio de autocrítica.
Eso mismo se puede decir de Sergio Ramos, que hizo uno de sus peores partidos en el Camp Nou y no pareció afectarle demasiado. Sus palabras en zona mixta no fueron las que se espera de alguien que siempre ha dado la cara por el Madrid.
Autocrítica de pacotilla
Debe ser que al capitán se le ha contagiado eso de no reconocer que a veces las cosas se hacen mal. Criticó abiertamente a Casemiro porque el brasileño dijo que eran un desastre, y justo después dijo que era necesario hacer autocrítica. ¿Qué clase de autocrítica? No se le veía muy preocupado por el penoso partido que acababa de firmar.
Galácticos que no dan la talla
Los jugadores tienen mucha culpa. Tal vez más que el entrenador. ¿No les gustaba y le han hecho la cama? No me gustaría pensar eso, pero lo cierto es que el rendimiento que están ofreciendo no tiene nada que ver con el de la temporada pasada.
Florentino Pérez, muy dado a los discursos galácticos en los que parece que el Madrid sea una entidad divina, elaboró (o simplemente aprobó) junto a sus secuaces un comunicado en el que ponía de manifiesto su descontento por los resultados atendiendo al nivel de la plantilla. 8 jugadores nominados al Balón de Oro. 8 jugadores que han desaparecido por completo y son una sombra de lo que fueron hace solo unos meses. De verdad, qué argumento más ruin.
Las consecuencias de una mala planificación
Alguien debería preguntarle por la planificación de la temporada. ¿Era necesario fichar a Thibaut Courtois teniendo a Keylor Navas? ¿No era más importante fichar a un delantero centro de nivel para que marcara los goles que marcaba Cristiano? Ahora todo son problemas, cambios y prisas. El mercado de invierno puede ser una buena oportunidad para enderezar el rumbo, pero cuidado porque en enero podrían haber tirado LaLiga a la basura.