Marcelo o Roberto Carlos, ¿con quién te quedarías?


Hoy quiero hacer una comparación entre dos futbolistas muy queridos por la afición del Real Madrid. Sé que las comparaciones son odiosas, pero creo que no le vamos a hacer daño a ninguno de los dos. Marcelo y Roberto Carlos son dos de los mejores laterales izquierdos que han visto los aficionados del Santiago Bernabéu a lo largo de sus 111 años de historia.

Son diferentes, aunque también guardan alguna que otra similitud. Sea como sea, me gustaría conocer vuestra opinión para saber con cuál de los dos os quedaríais.

Marcelo es puro atrevimiento


Tiene 25 años y llegó a la capital de España en noviembre de 2006, cuando apenas tenía 18 años. Ramón Calderón apostó por él y se atrevió a decir que era el «sustituto de Roberto Carlos». Mucha gente se echó las manos a la cabeza cuando le vio jugar, pero el tiempo le dio la razón al que ha sido uno de los peores presidentes de la historia del club. Ese chaval que se parecía tanto a Robinho era mejor de lo que nos creíamos.

Debutó en enero de 2007 y le costó mucho ganarse la titularidad. De hecho, su primera temporada fue bastante mediocre con Fabio Capello en el banquillo. El técnico italiano no le dejaba sumarse al ataque, cosa que cambió con Bernd Schuster meses después. Las temporadas pasaron y Manuel Pellegrini le situó como extremo izquierdo para que terminara la Liga con cuatro goles y nueve asistencias. Era un invento que José Mourinho se encargó de tapar lo más rápido posible.


Con el portugués acabó siendo titular indiscutible, aunque Fabio Coentrao llegó a arrebatarle la titularidad en algunos tramos de la temporada. Lo que está claro es que a día de hoy es el tercer capitán del equipo y un fijo para Carlo Ancelotti.

De entre sus cualidades me gustaría destacar la calidad que tiene con el balón en los pies. Es uno de esos laterales que puede jugar en una posición más adelantada sin problema. Por eso le gusta tanto incorporarse al ataque y combinar con Cristiano Ronaldo, que suele ser su mejor socio pegado a la banda izquierda. Es rápido, atrevido e inteligente y marca goles disparando con su pierna derecha desde fuera del área, un arma secreta que ha empleado más de una vez con distinta fortuna.

Defensivamente encontramos alguna que otra laguna. Marcelo no es un lateral izquierdo como lo era Paolo Maldini. No es contundente y a veces pierde la marca con demasiada facilidad. Por eso se le ha criticado en algunos partidos importantes en los que le ha tocado marcar a extremos muy habilidosos. En ese sentido creo que ha progresado mucho, pero tendrá que seguir trabajando para mejorar.

Roberto Carlos era pura potencia


Roberto Carlos es una institución en el Madrid. Pisó el Santiago Bernabéu en 1996, cuando llegó procedente del Inter de Milán después de haber completado una gran temporada. Era una lateral muy bajito, pero tenía una potencia y una velocidad de otra galaxia.

No era un lateral izquierdo al uso, era un tipo de lateral como Cafú, de los que no se cansaban de subir la banda arriba y abajo. Lo hacía como Jordi Alba lo hace ahora, y como Álvaro Arbeloa no lo ha hecho nunca. Lo mejor de todo es que a veces sacaba a pasear ese látigo que tenía en su pierna izquierda, con el que lograba marcar goles de falta tan inverosímiles como el que logró ante Francia en una Copa Confederaciones.


Era un tipo carismático, con talento y con liderazgo dentro del vestuario. Era tan querido que su marcha al Fenerbahçe dolió mucho a los aficionados, pero él quería seguir jugando al fútbol y su rendimiento ya no era el mismo. Por eso tuvo que jugar en ligas menores como la turca, la brasileña y la rusa. Acabó en el Anzhi Makhachkala, disputando su último partido como profesional el 9 de marzo de 2012.

Si tuviera que elegir, me quedaría con la potencia y el carácter de Roberto Carlos, mientras que de Marcelo me quedaría con la técnica y esa mentalidad ofensiva que le permite ser uno más en las jugadas de ataque. Ese sería el lateral perfecto, el que ahora mismo es imposible encontrar en el mercado. Quién sabe si algún día veremos a un jugador que reúna todas esas condiciones. Y si lo vemos… ¿será brasileño?

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