Ayza Gámez, directo a la nevera


Me alegro de que el Comité Técnico de Árbitros haya decidido en enviar a Ayza Gámez a la nevera tras su polémico arbitraje en el Athletic de Bilbao – Real Madrid. No me gustan los árbitros con afán de protagonismo, y él lo es.

Un árbitro debe pasar inadvertido, debe limitarse a hacer bien su trabajo y dejar que tanto los aplausos como los pitos se los lleven los auténticos protagonistas del fútbol, que son los jugadores.

Un mes sin arbitrar

Ya comenté que la sanción de tres partidos a Cristiano Ronaldo me parecía excesiva, pero eso ya no es cosa de Ayza Gómez, que por cierto estará un mes sin arbitrar después de lo mal que lo hizo el pasado fin de semana en San Mamés.

No mostró la cartulina amarilla a varios jugadores del Athletic que la merecieron por cazar a Cristiano Ronaldo. Pitó las faltas, pero no vio tarjeta porque no hizo caso a lo que está escrito en el reglamento. Sin ir más lejos, todavía recuerdo el descarado agarrón de Ander Herrera a CR7. Lo vio, sí, pero consideró que no era merecedor de tarjeta.

Más confundido que Dinio por la noche


Tenía ganas de fastidiar al portugués y lo logró. El actual Balón de Oro se enzarzó con Carlos Gurpegui, que cayó desplomado tras un feo gesto que, sin embargo, no era para tanto. Luego llegó Iturraspe para picar a la estrella del Madrid y ahí fue cuando se ganó la tarjeta roja. Tuvieron un rifirrafe que no se resolvió salomónicamente. Mostró amarilla a Iturraspe y roja a Cristiano. ¿Por qué? Sólo él lo sabe.

A pesar de los pesares, lo que le ha enviado a la nevera no ha sido eso, sino las dos versiones que dio de la expulsión. Primer dijo que fue por un manotazo a Gurpegui y luego dijo que era por el manotazo a Iturraspe. Con tanta confusión necesitará un mes de vacaciones para reflexionar y ver los partidos desde casa.

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