Esta es la cara que se le podría haber quedado a Andrés Iniesta después de ver la locura que generó al enviar una sudadera a la grada del Ramón Sánchez Pizjuán. Acababa de calentar y abandonaba el césped para enfilar el vestuario, pero en ese momento le dio por tener un detalle con una aficionada del Barça que no paraba de gritar para que le hiciera caso.
Una sudadera usada con mucho valor
No era un cochinillo, era una mujer que se moría por esa sudadera llena de sudor del manchego. Quería tenerla en sus manos, quería olerla, quería abrazarla… Por eso se volvió loca cuando el de Fuentealbilla se fijó en ella y lanzó la prenda al aire. No tuvo que pelearse demasiado para conseguirla y se pasó todo el partido recordando un momento que no olvidará jamás. Tenía una sudadera del Barça, pero no una sudadera cualquiera. Y la pregunta es… ¿la lavará algún día?