Tras los malos resultados cosechados en Liga y el mal rollo con Sergio Ramos e Iker Casillas, la gran mayoría de aficionados al fútbol hemos dado por hecho que José Mourinho no continuaría en el Real Madrid la temporada que viene. Sin embargo, si algo tiene este deporte es que las cosas pueden cambiar de la noche a la mañana en menos de una semana.
Los buenos resultados le mantienen
El conjunto blanco ha solventado los dos match balls que tenía para afrontar el tramo final de la temporada con ilusión. Derrotaron al Barça con relativa facilidad en la Copa y se clasificaron para los cuartos de final de la Champions League dejando en la cuneta al Manchester United.
Por eso ahora todo es diferente. En Valdebebas se respira un ambiente de felicidad impensable hace unas semanas. Los jugadores no dejan de sonreír y a Mourinho se le ve mucho más tranquilo. La prensa se ha relajado y ahora todo el mundo piensa tanto en la final de la Copa del Rey como en la ansiada Décima que podrían lograr en Wembley.
Tanto rumor para nada
Se habló del Manchester City, se dijo que volvería al Chelsea, se intuyó cierto coqueteo con el Manchester United, Mou dejó caer que algún día entrenaría al PSG… Muchas especulaciones y al final nada. Todo humo porque en los despachos del Santiago Bernabéu ya se habla de la continuidad del técnico portugués. Tiene contrato hasta 2016 y por eso lo más normal es que se quede.
El club ha decidido lanzar el mensaje para que los jugadores se vayan mentalizando. Quieren que la estabilidad vuelva al vestuario, y ya se sabe que cuando los resultados acompañan todo es mucho más fácil.